Cogiendo se conoce gente

Una producción de Omar Romay

viernes, agosto 26

Otro aforismo (para chicas)

Menos orgasmos tuvo Dios y perdona.

jueves, agosto 25

Aforismo

El tamaño no importa. Contunde.

domingo, agosto 21

Asignatura pendiente

Era el "chico grande" que me gustaba a los 15. Ese que nunca te daría bola. Me llevaba cuatro años nomás, pero a esa edad, eso es "ser grande".
Volví a encontrármelo por casualidad un sábado a la noche, ya con veinticuatro años (yo). Nos quedamos juntos hasta el día siguiente. Amanecí en su casa, no habíamos dormido ni dormimos después. Ocasionalmente parábamos a tomar un vaso de Coca Cola, charlar un poco o simplemente a descansar. Tenía pareja, me había dicho, pero estaba de viaje, así que no me preocupé.
Serían ya las ocho de la noche del domingo cuando después del último lance me entró un poco de frío. Extendí una mano y tiré de una frazada que estaba a un costado, sobre un sillón.
La manta, al correrse, dejó ver una pistola.
Grande.
(Y no de las que nos interesan sino una pistola-pistola, un arma de fuego.)
-¿Y esto?- pregunté sin esconder mi asombro, rechazo, pánico, terror.
-Ah, es de Fer.
Mi mirada pedía más precisiones.
-Trabaja en la fuerza, él.
-¿Es cana?
-No ¿cómo va a ser cana?- me dijo, pero no dejó que alcanzara a tranquilizarme antes de agregar: -Está en la marina.
Sudor frío.
-Él me engañó hace poco ¿sabés? No sabés lo feo que fue descubrirlo. Mirá esta cadenita... se la regaló el otro. Por eso lo descubrí.
-Escuchame... ¿dónde está él ahora?
-Se fue el viernes. Vuelve hoy a la noche o mañana.
Glup.
Lo puteé y me fui, claro.

Y volví a verlo dos o tres veces, por supuesto. Después de todo, era el chico grande que me gustaba a los 15.

martes, agosto 9

"Blast" from the past

En la terraza del hotel de una conocida e importante ciudad hermana latinoamericana, departía amablemente con X, músico de nuestro país con quien por casualidad coincidí en la urbanización de marras. Una discreta borrachera compartíamos aquella noche. Habló de su ex, su actual, sus hijos, la dinámica del cangrejo y mil cosas interesantes. En cierto momento, no sabría reconocer por qué, la charla derivó hacia el porno. Más bien, ocurrió lo siguiente:
-Me gusta mucho el porno- dijo él.
-Ah...
Ufffff, pensé. Típico de chongo, ahora va a hablar de tetas.
-Sí, me gusta mucho. Y tengo gustos muy amplios...
Lo miré con un poco de desconcierto.
-Claro, me gustan muchas cosas... por curiosidad, nomás.
-Bueno, supongo que es el espacio para canalizar ciertas fantasías.
-Sí, claro... igual, siempre tienta probar algunas.
-Ajá.
Largo silencio.
-Hace frío- me dijo. Y de inmediato agregó: -¿Vamos a tu pieza?
En fín, así es el chongo perdido en tierra extraña, m'hija.
Y no es para comparar, porque el gusto está en la variedad, solo sepan que por mi pago la chupamos y piden más.
¡Y adentro!

Sólo agregaré que el muchachito fue muy receptivo.